Nació hace aproximadamente 5000 millones de años de la condensación de nubes moleculares compuestas mayoritariamente de hidrógeno y helio, pero que también contienen elementos más pesados, que en astronomía llaman genéricamente “metales”.
Ya sea mediante explosiones tipo supernova (en las estrellas más masivas) o mediante potentes vientos estelares (estrellas menos masivas),las estrellas al morir devuelven al medio interestelar parte de los elementos generados en su interior, y de esta manera, los elementos vuelven a quedar
disponibles para formar nuevas estrellas.
Este reciclaje a escala galáctica lleva funcionando miles de
millones de años, y es el causante de la composición no
primordial de todas las estrellas conocidas.
Nuestro conocimiento del proceso de formación estelar es todavía demasiado incompleto como para responder
con confianza preguntas como si nuestro Sol nació aislado o formando un grupo, o qué hizo que el Sol terminase su formación con la masa que tiene ahora y no con otra mayor (o menor).
La enorme actividad investigadora en este campo hace que podamos ser optimistas de que en un futuro cercano
tendremos respuestas a estas preguntas, y a otras que vayan surgiendo a medida que profundizamos en nuestro
entendimiento de la formación estelar.